sábado, 5 de mayo de 2007

Yo Soy...en el Todo

Yo soy... en el todo

"Yo soy"........ este sentimiento mío que inunda, ilumina y resuena en toda mi presencia, hoy siempre presente en mí. Cuando estuvo ausente, deambulé, no fui, según el escenario, era uno y luego otro, no sabía a donde iba, estaba desintegrado. Al no ser uno, sino muchos, creemos que todas nuestras acciones, pensamientos y sentimientos, provienen de sí mismo, cuando en realidad actúan sin coherencia, sin conexión, sin algo superior que dirija, aun así, creemos ser, eso es vivir en la ilusión, en el sueño. "Yo soy". ¡Qué profundidad encierra!, este estado tan pleno de significación donde uno no puede ser más devorado por la vida. "Yo soy"......... en el todo, "Yo soy"........ en Él, "Yo soy"....... la voluntad, "Yo soy"......... la verdad, "Yo soy"....... uno, tres y cuatro a la vez. Primero nada soy, luego "Yo soy" y después no soy. El significado de ser y no ser corresponde al despertar de las partes más internas del ser donde mora "Yo soy". Es preciso llegar a ser, al "Yo soy", para luego no ser más yo, sino despersonalizarme, vivir mi insignificancia y conocer cómo encaja en el todo, para luego ponerme al servicio de lo creado, se tiene que renunciar a la individualidad para que nuestros deberes eserales ocupen los primeros planos, y nuestros egoístas propósitos personales sean reducidos a nada.

Cuando inicié mi búsqueda ignoraba a donde me conduciría. Al sentirme insatisfecho conmigo mismo logré darme cuenta que algo no andaba bien en la vida ordinaria, por lo que me formule las siguientes preguntas. ¿En qué consistía la vida? ¿Cual era su propósito? No tenía respuesta alguna, pero la ansiedad por buscarla se había apoderado de mí, me hice el siguiente propósito, nunca dejar de lado cualquier cosa que pareciera difícil de comprender. La inquietud nació porque, entre otras cosas, en mi temprana edad veía muchos absurdos, no encontraba sentido ni a mi vida, ni a la de mis mayores, muchas cosas se hacían sin ninguna utilidad, por ejemplo: invertir su tiempo en acumular riquezas más allá de la satisfacción de sus necesidades y creer que eso es hacer lo que deben, obsesionarse con reglas estúpidas de "etiqueta" o compromisos sociales, todo ello me sonaba ilógico, ya que no podemos comer más de lo que nuestro cuerpo requiere, ni manejar más de un carro a la vez, vivir para tener más que los demás me parecía una meta por demás egoísta carente de significación, era el hecho de poseer por poseer, el supuesto propósito obedecía a que los demás así lo hacían, todas las cosas seguían la misma suerte, de esa manera estudiaban, trabajaban, se casaban, tenían hijos, casa, dinero, etc., o, simplemente para que los demás aprobaran sus acciones, ser aceptados o porque así lo habían hecho siempre, fue así que me impuse como regla cuestionar todas las ideas preconcebidas, investigando su procedencia y validez, el marco de referencia se basaba en la comprensión interior a mí. Algunas de las cosas me parecía que las hacían más complicadas sólo para justificar que estaban haciendo algo, en mi interior suponía que debía haber algo más profundo, un mejor propósito que el de nacer, reproducirse y morir. ¿Pero qué era eso? Lo ignoraba.

Unos años después por medio de mi observación pude comprender que no sólo existía el mundo que me mostraban mis sentidos; donde hablaba conmigo mismo era un mundo diferente, los demás no podían entrar en él, los eventos exteriores podía reproducirlos internamente, cosa que no era posible hacer en el exterior, fue así que supe que éste no estaba regido por el tiempo y el espacio por lo que era más libre que el mundo exterior a mí, fue entonces cuando elucidé que la vida debía de tener un significado superior, utilizándola para trabajar sobre sí mismo y no sólo para satisfacer nuestras necesidades egoístas, encontré un significado, pero no sabía a donde me dirigía. Más adelante mi trabajo se centró en separar el mundo interior a mí del mundo exterior a mí, en el primero me desplazaba con mayor libertad y coherencia, mis estadas en él me eran familiares y los pequeños logros, o sea mis tempranas comprensiones, eran atemporales, debido a ello se mantenían con la misma frescura siempre, esto llamaba mi atención, pero aún no hallaba las respuestas a mis inquietudes, comprendí que el estar en el mundo interior a mí me era propio, podía pensar por mí mismo, lo que despertaba mis partes internas, por el contrario, al habitar el exterior me había esclavizado a muchas cosas al adquirir reacciones, hábitos y asociaciones.

Cuando consulté a aquellos que pretendían ser una autoridad intelectual o de otra clase, evidenciaban pronto su ignorancia, sus respuestas siempre eran de acuerdo a lo por ellos aprendido, a lo tangible y al cuestionarlos se limitaban a decir que así debían ser las cosas, algunos decían: "yo como santo Tomás, ver para creer", quizá ese individuo ni siquiera dijo eso, pero la mente sensual de mis compañeros prefieren creer que así fue. Sus respuestas no satisfacían mi afán de encontrarle sentido a la vida, por lo que no tuve más remedio que buscar donde los demás no buscaban, dentro de mi, así mantuve un estrecho contacto con el mundo interior a mí, comencé a confiar más en él ya que mis esfuerzos intencionales ayudaron a percatarme de que no había una sola manera de hacer las cosas y que los juicios que mis mayores emitían no eran siempre correctos, a veces era obvio que querían ser obedecidos por ser según ellos muy importantes, la autoridad, para ellos lo que decían era la única verdad, las cosas o eran blancas o negras, me di cuenta de que eran parciales a conveniencia, muy rígidos, ello los limitaba. Creían que todo sabían, y así emitían su veredicto, lo anterior se me hizo evidente cuando hacían conjeturas de lo que según ellos me pasaba o había sucedido, en eventos donde me encontraba involucrado, por ejemplo, en una ocasión a la edad de doce años me encontraba con unos amigos a unas cuadras de la casa de mis padres, la banqueta de la acera donde estabamos era alta, de unos 70 centímetros, cuando salté para subirme a ella, no me di cuenta de que un carro viejo que estaba estacionado ahí tenía una de las vistas, en ese entonces de metal, levantada, la cual me arrancó un pedazo de carne del chamorro izquierdo, no sentí mucho dolor, pero al ver que era grande subí a mi bicicleta y fui a casa, comuniqué a mi padre lo que me había ocurrido y enfadado, me empujó hacia su laboratorio y sin dejar de regañarme porque según él me había peleado, procedió a curarme restregando el algodón con alcohol con enojo para mostrar su descontento con lo que según él habían sido mis acciones, nadie le quitó de su cabeza que las cosas así y no de otra manera habían sucedido, o sobre mi capacidad de aprendizaje, que se me llegó a decir que no tenía capacidad para una carrera universitaria, o como creían que yo era, todas sus aseveraciones elucidadas sobre sus rodillas se quedaban en el aire, lo más grave era que se hallaban convencidos de tener razón, sus ideas sobre un particular se volvían fijas, de esa peculiar manera todo conocían y sabían. Mis concepciones de lo que en ese momento veía, sentía o percibía eran por entero diferentes a las de ellos, quizá más apegadas a la realidad porque al menos tenía una noción de a qué obedecía mi comportamiento exterior, esto me incitó a continuar confiando en lo interior a mí, a desconfiar de lo que mis mayores afirmaban y a pensar por mí mismo sin reaccionar a lo que me gustaba o me disgustaba, cuando así lo hacía, se fortalecía mi "Yo soy". Además, los seres "educados" tenían un contradictorio proceder, su comportamiento dependía del escenario en que se encontraban, lo cual sólo me desconcertaba más. Por esa razón, poco o casi nada hablaba de mis inquietudes con mis semejantes, así me volví a buscar en el mundo interior a mí las respuestas.

Poco más tarde comprendí cómo el hombre era prisionero y esclavo, por su pereza, por no pensar por sí mismo, del mundo exterior a él, los cambios en el exterior afectaban su estado interior, puesto que según se desenvolvieran las cosas en él, éstas afectaban sus estados ánimo, si las cosas seguían el curso deseado por ellos, se sentían bien, por el contrario si no era lo que deseaban, se encolerizaban y la agarraban contra todo y todos, al comenzar a elucidar sobre el particular percibí en que consistía parte de la libertad, en no dar todo por sentado, por lo que me propuse no imitar más a mis semejantes, llegué a dilucidar que no debía estar sujeto a los eventos exteriores, para ello era preciso crear algo que me librara de ser manipulado por los cambios en el mundo exterior, esto sólo lo conseguiría haciendo esfuerzos diferentes a los conocidos por mis compañeros, los cuales no eran necesarios en la vida corriente. Entonces mi objetivo se dirigió a tratar de romper mi dependencia con el mundo exterior a mí, tarea que no era fácil ya que todo en el entorno que me rodeaba pretendía prepararme para que lograra un "exitoso" desenvolvimiento en dicho mundo, y así mis mayores se sintieran orgullosos de haber cumplido su cometido, sin embargo el reto que se me presentaba se encontraba dentro de mi objetivo general de encontrarle un verdadero sentido a mí existir y no de satisfacer las expectativas de mis mayores, por lo que lo enfrenté con todo mi ser.

El librarme de esa dependencia me debía conducir a algo mejor, pero no sabía en qué consistía, comprendí que si rompía la dependencia con lo que hasta ahora conocía, debía caer bajo la dependencia de algo desconocido, ya que como un pequeño todo, no podía ser sólo una parte de él, por lo que aquello que quitara sería reemplazado por algo, pero mi sentido común me dictaba que era el camino correcto. Pasados los años los esfuerzos intencionales de pensar por mí mismo y de no reaccionar según el gusto y deseo, empezaron a dar frutos, pues comencé a percibir, sin proponérmelo, los estados de ánimo de mis semejantes, llegué a la conclusión que interiormente era diferente, veía más opciones, por no ser altamente influenciable, no daba todo por hecho, buscaba el porqué de las cosas, asimismo, y por mi propia experiencia comprendía que lo que sucedía obedecía a la ley de haces y te afectáis, lo que debía tener un significado, el cual encontré en que en el mundo exterior al hombre se vive en los extremos, según lo que les conviene, pero que sin desearlo, ya que no son conscientes de ello, atraen lo opuesto, lo que aborrecen.

Mi trabajo se dirigió por varios años a romper mi rigidez, ya que había caído en el extremo de creer sólo lo que interiormente o exteriormente percibía, uno excluía a lo otro, equivocadamente separaba todo en bueno y malo, luego al ver que lo que mis compañeros veían era lo que creían, aquello que era medible y tangible, me di perfecta cuenta que en muchos aspectos también procedía así, al principio del trabajo batallé mucho, ya que tenía dos tipos de verdad, una contra la otra, la verdad sensual y la verdad psicológica, observé que en la primera todo estaba ordenado de acuerdo a lo que sin cuestionamiento alguno había tomado del exterior, ahí se encontraban los prejuicios, las opiniones, las actitudes, asociaciones, intereses, miedos y preocupaciones, todo interconectado y valorado de acuerdo a la imitación, sin conciencia, por lo que la valoración cambiaba según el escenario; en el segundo tipo de verdad, la psicológica, también encontré muchas de estas cosas pero dispuestas en un orden por entero diferente, había una separación correcta entre las cosas importantes y las no importantes. Sí, los dos tipos de verdad estaban el uno contra el otro, algo no se encontraba bien, ambos eran ciertos si y sólo si uno solo de los dos mundos existieran, pero al existir los dos, tenía que encontrar un vínculo que reconciliara los dos mundos, que reconciliara lo grosero con lo sutil, un tercer mundo intermedio. Percibí que lo externo a mí era el mundo conocido, el de las actividades, si no me era propio, debían ser mis repugnancias y lo manejaba algo que no era yo, aunque en muchas ocasiones así lo creí, éste estaba poblado por muchas pequeñas partes que gritaban siempre yo, pero el sentimiento que percibía de ellos me sonaba ridículo, falso, por lo que no debía esclavizarme a él, y el mundo interior a mí, el cual me era familiar, debía ser mis regocijos y tampoco era correcto confiar sólo en él, aquí mi capacidad para comprender varias cosas a la vez e interconectarlas, se incrementaba percibía sin lugar a dudas que esas grandes partes vivas pertenecían al "Yo soy", aunque no fuera todo él, su fortaleza aumentaba. En el mundo de las actividades me controlaba el ser aceptado, el vestir y actuar como los demás y compartir los eventos que los demás compartían, el reaccionar con furia y la sed de venganza, aquellos días grises en que fui prisionero de lo que separaba como justo e injusto, cuando me agotaba al culpar a los demás de las injusticias de las que había sido objeto, en realidad me di cuenta de que todas esa apreciaciones eran falsas, su fuerza se basaba en la importancia equivocada que le daba a las cosas y a mí mismo, éstas debían ser sacrificadas intencional y conscientemente, todo aquello que no era pero que pretendía ser, mi amor de sí, y de esta manera tomar la vida desde una nueva manera más libre. Que dolor el darme cuenta de que todo lo que consideraba justo e injusto estaba equivocado, entonces una luz me iluminó, supe sin lugar a dudas, que la libertad a la que aspiraba la conseguiría sólo a base del dolor, de ese sufrir intencionalmente al acrecentar la conciencia de mí mismo, de ese darme cuenta que había sido parte de los eventos y los consideré falsamente como el todo, cuando sincera y honestamente comencé a trabajar sobre esto, lo que no me era propio se debilitaba por lo que empecé a percibir un sentimiento diferente de mí mismo, más humilde y acorde a mi ignorancia, así me fue posible moverme con mayor coherencia en dicho mundo, sin un contradictorio proceder, según mi gusto y deseo y al no ser controlado por él, mi mente sensual podía cumplir mejor su función, la de ponerme en relación con el mundo exterior a mí, pero sin depender de él, sino libre de aquellos desasosiegos que sólo me robaban la energía necesaria para el trabajo, luego pude ver como mis compañeros consideraban pequeñas cosas como el todo, por ejemplo algún deporte o actividad entregando toda su energía a dicha tarea y asegurando que esa tarea era su vida, luego su identificación llegaba al colmo, eran beisbolistas, ingenieros, diputados, etc., pero nunca seres humanos, de hecho se alejaban cada vez más de ello, se deshumanizaban. Claramente percibí con todo mi ser lo absurdo de la vida exterior. Así al sustituir el sufrimiento inútil por el sufrimiento intencional y consciente, se fortalecieron las partes emocionales de mis cerebros y mi cerebro emocional, así encontré la armonía, la interconexión entre los tres mundos con lo que pude reconciliar la verdad sensual y la psicológica. Muchos esfuerzos costó fortalecer mi parte emocional, librándola de toda la contaminación adquirida que impedía trabajara correctamente. Las "ofensas" de que había sido objeto, según mi en ese entonces tieso parecer, afloraban sin control alguno, acompañadas con el deseo de venganza, guardando razones para ocasiones. Lo anterior me preocupó mucho y fueron largos los meses y hasta años enteros, que pasé esforzándome por volver pasiva esa parte. Basado en observaciones con anterioridad elucidadas, como aquella de que al ser un universo en pequeño, todo bueno y malo vivía dentro de mí, pude darme internamente cuenta que el comportamiento opuesto al mío obedecía a reacciones egoístas que también estaban en mí, y que en una situación similar hubiera actuado de la misma manera, que las cosas no eran, ni buenas, ni malas, eran como eran y punto, por otro lado, al comprender que no era mi persona la que había causado el problema, sino el estado emocional de la otra parte, pues cualquiera que se opusiera a sus deseos sería objeto de injurias, entonces mi entendimiento se abrió, dado que sus ofensas correspondían a reacciones aprendidas por la imitación, fue cuando pude cambiar mi pasado, saldé las deudas y no hubo más sed de venganza, tenía que cambiar el sentimiento de yo, y la forma de ponerme en relación con la vida. Debo confesar que tuve muchos ejemplos de los campeones en la disciplina de las emociones negativas, por lo que yo también padecí de ese mal, pero con las elucidaciones anteriormente citadas me fue posible analizar los absurdos a los que conducían esos arrebatos, en realidad, me dio miedo, debido a ello dediqué gran parte de mi trabajo a ese aspecto, logrando tiempo después la comprensión de otra elucidación, la que consistía en el hecho de que si podía ser negativo esto necesariamente tenía su contraparte, que consistía en tener derecho a no ser negativo, así me volví a trabajar en comprender mi parte negativa del centro emocional, observar quién y por qué actuaba y se molestaba, quién quería tomar venganza, al darme internamente cuenta de que mucho radicaba en el amor de sí, es decir el querer ser tomado por alguien importante, el querer tener siempre razón, decidí trabajar en sacrificar esos apegos, separando lo importante de lo no importante y socavando todo recuerdo de cosas inútiles, todo con base al objetivo de sustraerme al embrujo de la vida externa, cuando logré no estar más en poder de las emociones negativas, degusté lo que es vivir libre de ellas, éste era un beneficio real del trabajo sobre sí, el que no había esperado, mucho menos percibía cómo sería, pero lo había conseguido y nadie me lo podía arrebatar. La fuerza que a lo largo del camino me ha acompañado no es otra que la verdadera valoración del trabajo, cuando se ama con sinceridad, la valoración se convierte en emoción, con lo cual se puede llegar a nuestras partes más internas, nos posibilita para volvernos más conscientes de cuando tenemos sentimientos equivocados y percibir los sentimientos correctos, también, nos ayuda a vivir la verdadera separación interior y brinda una nueva capacidad de experimentar las cosas en un nivel superior al ordinario, aquí radica la posibilidad del crecimiento interior. Recuerdo que después de ese gran logro algo pasó con mi presencia, pues observé que en los lugares donde estaba el ambiente se tornaba agradable, la gente que se acercaba a mí para pedir algún consejo se tranquilizaba con el solo hecho de hablar conmigo, en ese momento no me era posible explicar a que se debía, sólo años más tarde comprendí que se debía a la emanación de vibraciones procedentes de mi presencia común.

Después conocí palabras como la evolución, el crecimiento interior, pero no dejaban de ser sólo palabras sin un verdadero sentido, sólo orientaban a que el hombre que trabaja sobre sí, debe crecer para ascender y retornar a su fuente, no percibía emocionalmente cómo sería esto, fue cuando recordé un dicho común en mi infancia: "Nadie experimenta en cabeza ajena". Lo cual significaba que no basta aprender las cosas intelectualmente, sino que es preciso comprenderlas emocionalmente, pues es sólo al tener la vivencia de ellas que realmente comprendemos lo que en realidad son, y es cuando esa experiencia se puede aplicar a todas nuestras acciones, se ven muchas opciones a las que antes se era ciego. Debido a ello me abstuve de emitir juicios a priori y proseguí mi trabajo.

En el curso de mis investigaciones comprendí, por medio de mi propia experimentación, que al separarme interiormente de lo cotidiano alcanzaba estados de mayor viveza y fuerza, y que si decía "yo no tengo dolor, es el cuerpo el que lo tiene", éste disminuía notablemente, de la misma manera percibí que había algo en mí que se fortalecía con esos esfuerzos intencionales, mi "Yo soy". Por el contrario, si caía en poder del juego del mundo terminaba mi cuerpo cansado y "Yo soy" sin energía para continuar dichas investigaciones. Fue entonces cuando me di perfecta cuenta de que podía verme a mí mismo y al entorno desde una tercera perspectiva, lo más extraordinario de ello, era que mis energías se renovaban y las podía utilizar para mi trabajo y si mi cuerpo tenía alguna molestia, éstas podían armonizarme al dirigir la energía hacia la parte afectada. Dicho ejercicio me hacía sentirme vivo, con esa triada se activaban mis partes internas y todo lo veía de un modo nuevo, nunca lo mismo; pero esto no era tan simple, requería mantenerme alerta de lo que estaba haciendo, por el contrario, no daba ningún resultado si no estaba consciente de lo que hacía, debido a este trabajo libre de la identificación con lo no propio la salud de mi cuerpo de carne hasta hoy ha sido envidiable, ni siquiera la llamada gripe o influenza ha logrado penetrar en mi aura. Posteriormente y con el fin de ampliar mi medio de experimentación, esas energías las dirigí hacia algunos de mis semejantes que padecían algún malestar, tuve éxito y continué trabajando.

Atrás había dejado los deseos de ser tomado por alguien notable, los compromisos sociales y la acumulación de riquezas materiales, no estaba más sujeto a lo que el mundo ama. Fue un gran paso, pero ¿A dónde me conduciría esto?, no lo sabía pero algo interno me alentaba a continuar. El haber elevado un poco mi nivel de ser me aclaró que el trabajo sobre sí se hace por amor al trabajo, con dicha comprensión no esperaba recompensa alguna por lo realizado. Con la nueva energía había ganado control sobre mí mismo y con ella ayudé a un buen número de seres semejantes a mí en diversas formas, más tarde suspendí casi totalmente esta practica, principalmente con aquellos tieso-seres que no querían cambiar, pues comprendí que lo que les sucedía obedecía a la ley de haces y te afectáis, y mientras ellos no cambiaran les sucedería una y otra vez lo mismo, supe que lo importante es ayudarlos a cambiar su ser, de lo contrario mi ayuda sería una aspirina que disminuía las molestias, pero no la causa. éstos fueron otros de los múltiples beneficios que he obtenido a través del trabajo sobre sí.

No está por demás detenerme para confesar que durante mi trabajo hubo muchos obstáculos, pues todo en el mundo está organizado para que el hombre no despierte, por ejemplo, cuando me esforzaba por mantener la atención, me era muy difícil hacerlo, al momento perdía el objetivo y mis mentes divagaban de aquí para allá, una vez más volvía a intentarlo y sucedía lo mismo, cuando observé que después de verme desde una tercera perspectiva y que ganaba fuerza, dicha fuerza me ayudaba a mantener mi atención por mucho mayor tiempo, comprendí que las energías generadas por este ejercicio eran superiores a las normales, por lo cual organizaban a estas últimas y la lucha por mantener mi atención se desvanecía.

Cierto es que durante largos años guardé silencio sobre mi trabajo, no me consideraba preparado para transmitirlo, tenía muchas preguntas y pocas respuestas. Al paso del tiempo, no hace mucho, quizá un poco más de una década y media, todas las piezas sueltas y sin relación aparente unas con otras, se unieron como un gran rompecabezas, dándole sentido al trabajo, esto fue el resultado de los esfuerzos intencionales y conscientes acumulados, por lo que no está por demás añadir que ningún esfuerzo intencional se pierde, a diferencia de los esfuerzos mecánicos que si se pierden, había conseguido algo verdadero pero aún me faltaba interconectarlo con algo más que contestara con mayor profundidad las preguntas: ¿Para qué estamos aquí? Y ¿Para qué hacer el trabajo? Ese algo lo conseguí un poco después y consistió en darme internamente cuenta que la finalidad del crecimiento interior no puede ser egoísta, que la elevación de nuestro nivel de ser que conduce a nuestra integración es solamente una preparación para servirlo a Él, entonces se me presentó la siguiente pregunta: ¿Qué puedo hacer para combatir el mal que afecta a la humanidad? La respuesta fue, continuar dedicándome a transmitir mis comprensiones, pero no era suficiente, un fuerte sentimiento de darlo todo me asfixiaba, de comprender más allá de lo evidente y contribuir a un mejor futuro de la humanidad. Fue cuando empecé a observar las vibraciones de todo lo creado y el cómo afectaban su entorno, al pasar a estudiar las propias y las de los seres semejantes a mí, pude apreciar que cuando había personas molestas, envidiosas, conflictivas, celosas, buscando consuelo, o que simplemente querían salirse con la suya, las atmósferas se tornaban densas, pesadas, el cuerpo físico era sensible a dicho ambiente, los músculos se tensaban, concluí que se debía a que las vibraciones de esos estados interiores eran muy bajas, y de ese curiosos modo, sin darse cuenta, se envenenaban a sí mismas y al medio ambiente. Recuerdo como si fuera hoy que constaté que hasta los animales domésticos de los otros animales bípedos eran afectados por sus bajas vibraciones, tornándose agresivos, debido a ello pude darme cuenta de que esas vibraciones bajas, son parte de la violencia que afecta el mundo. Por otro lado, al estar en ambientes donde había personas que estaban en paz consigo mismas, se sentía uno tranquilo y asimismo los animales domésticos eran tranquilos. Aquí había algo importante, pude apreciar que sin ser conscientes de ello afectaban de una u otra manera su entorno, era por demás evidente que existía la contraparte, el afectar nuestro entorno conscientemente y con dirección, entonces todo se iluminó, comprendí como se pude influir en el mundo exterior desde el mundo interior. Cambiar el mundo exterior desde el exterior, no era posible, ya lo había comprobado, muchos intereses egoístas y cósmicos se oponen a ello, pero ahora sabía qué hacer. La pregunta que me asaltó fue: ¿Qué puedo hacer para aliviar la tensión en el mundo? La respuesta fue elucidar y aplicar la ley gravitacional de vibraciones, que siempre había estado frente a mí pero no la percibía. En mis experimentos apliqué en diferentes ambientes y con diferentes propósitos cierta cualidad y calidad de vibraciones, debido a esa sustitución de vibraciones las atmósferas cambiaban, cuando lo efectué en presencia de algunos de mis compañeros, ellos se sorprendían con el cambio, pero nunca expliqué lo que hacía, me valía de algo externo para desviar su atención.

Acepto que tardé unos años en exponer dicha ley sin ambages a mis discípulos, en virtud de que no me parece adecuado darles las ideas desmenuzadas, porque si de por sí, son perezosos, luego nunca se van a esforzar por pensar desde sí mismos. Sin embargo lo hice por estar convencido del gran valor que se encierra tras estas palabras, y con el fin de que haya más seres que ayuden a nuestra Gran Eternidad a que la ley del mantenimiento recíproco de todo lo creado, cumpla su función, y no haya un desgaste propiciado por un desmedido aumento de la inconsciencia. En esta ley gravitacional de vibraciones no existe una correlación de uno a uno, entre positivas y negativas, ésta es variable dependiendo de la fuerza del sentimiento y el pensamiento puestos en ellas.

Es necesario reflexionar profundamente en dicha ley, el comprenderla internamente los transformará, dándole sentido a su existir, conocerán la importancia de mantenerse conscientes el mayor tiempo posible y la necesidad de incrementar dichos momentos. Por medio del conocimiento de esta ley es posible responder muchas preguntas que en la vida ordinaria no tienen respuesta, y aun en el trabajo. Por ejemplo, la tontamente llamada herencia genética de los científicos contemporáneos no existe como tal, su sustento obedece a una observación superficial de lo que sucede, ya que al encontrarle un nombre a las cosas toda investigación se detiene. Cierto es que los seres de una misma familia pueden padecer a lo largo de su vida de los mismos males, pero ello se debe a dos causas. Primero a que el hombre común aprende por imitación todo, debido a ello adquiere los mismos hábitos: misma forma de pensar, misma alimentación, misma forma de reaccionar. Y si dos máquinas iguales son manejadas con el mismo combustible, la misma carga, en la misma dirección y a la misma velocidad, cierto es que los resultados serán iguales. Debido a ello van a atraer las mismas cosas y enfermedades. Pero eso no es toda la cuestión. La segunda causa es conforme a la ley gravitacional de vibraciones. Dice un dicho: "Dime con quién andas y te diré quién eres". Cierto es que andando con lobos a aullar se enseñan, puesto que se contaminan de las vibraciones que conforman su entorno. Las atmósferas bajo las que se vive son llenadas por las vibraciones de los seres que las conforman, y si éstas son las mismas, afectarán a unos y a otros por igual, según sea el caso serán agresivos, miedosos, ambiciosos, conflictivos, perezosos, etc. En mis observaciones de dicha ley he visto cómo las vibraciones afectan su conducta y en general los mantiene prisioneros de la mecanicidad, de su reaccionar inconsciente ante los estímulos exteriores a ellos. Por esto la recurrencia de las vidas no sólo se da en ellos, sino que también se transmite de padres a hijos, es así que la atmósfera creada por nuestras vibraciones, según sea el caso, afectan nuestro entorno, nuestra familia, nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país, nuestro planeta y a todo lo creado, es por eso que cuando se refieren a los seres de alguna ciudad, dicen son malos, agresivos, locos y otras muchas cosas, todo es conforme a la ley y si nos esforzamos porque nuestras vibraciones que crean la tensión y la desunión, cambien y sean armonizantes, volviendo pasivo el amor de sí, será posible crear un nuevo mundo, más libre de la contaminación que dan las emociones negativas, la autocomplacencia y la consideración interna. Todo esto debe ser socavado y en su lugar debemos de considerar externamente, es decir poner siempre por delante el bien de nuestros semejantes y de los no semejantes, sólo así ayudaremos en el proceso trogautoegocrático. Tengo muchos ejemplos a la mano de los estragos que he presenciado conforme a la ley gravitacional de vibraciones, pero me voy a limitar a citar uno. Éste se refiere a una joven que se casó con un hombre muy similar a su padre. Su madre se separó de su marido por problemas que no vienen al caso, tardó quince años en formalizar el divorcio, quejándose durante todo ese periodo de su ex-marido, esas vibraciones afectaron su entorno y a su hija. Ésta corrió la misma suerte, se casó, después de tres años se separó y ya tiene cuatro años de separada y no ha formalizado el divorcio, se sigue quejando de su ex-marido, pero igual que su madre no hace nada al respecto. Todo ello se debe a la ley gravitacional de las vibraciones, ya que dependiendo la clase de vibraciones que generemos, será como afectaremos nuestro entorno, inconscientemente y sin esfuerzo lo envenenamos, esforzándonos conscientemente lo mejoramos. Tenemos una gran responsabilidad ante toda la humanidad y enfrentarla correctamente implica un conocimiento a fondo de sí mismo y de la ley. Para ello es preciso esforzarse por volver pasivos todos los condicionamientos que los mantiene dormidos, tratar de estar siempre conscientes de lo que hacen y por qué lo hacen, aquí la observación de sí deberán introducirla a su vida cotidiana, asimismo, evitar ser controlados por el mundo exterior y comenzar a pensar por sí mismos.

Es interesante hacer notar que durante mi paso por este mundo la gente que por una u otra razón ha tenido contacto conmigo, me ha percibido de muchas diferentes maneras, y cada uno cree saber como "Yo soy", su interpretación obedece a su nivel de ser, sé que son sólo algunos de los aspectos que he dejado ver, los cuales obedecen a razones muy diferentes a las por ellos elucidadas, pero eso no soy, de mis estados interiores nada saben, pero igual juzgan, lo cual es causa de regocijo interior a mí. Recuerdo que en algunas ocasiones que ayudaba de una u otra forma a algún ser, afirmaba que no era curandero, entonces me decían, ya no vas a curar a nadie, contestaba que juzgaría según el caso, ellos querían ponerme una etiqueta, y yo buscaba algo más profundo y verdadero, cómo ayudar a todo lo creado. Hoy mi búsqueda aún no termina, he dado un pequeño paso, que ha abierto gran parte de mi entendimiento, un nuevo horizonte se muestra ante los ojos interiores a mí, pero cierto estoy de que nada es, lo que ignoro es mayor. Sé a donde me condujo la primera parte del trabajo, tuve que entrar a la habitación del egoísmo y no salí de ella hasta haberlo vencido, el resultado de mi sufrimiento intencional y consciente, es precisamente este interés de compartir mis experiencias en el caminar con mis hermanos, por eso quiero dejar estos escritos, ya que mis comprensiones no son mías, sino de todos los que quieran encontrar sentido a su paso por este planeta. Sé que "Yo soy" una pequeña célula del todo vivo, y que he pasado de la muerte a la vida. Sé que "Yo soy" Él y Él es yo, estoy en Él y Él está en mí. Sólo es cuestión de escala. Él puso en nosotros el principio creador para que los hombres se vuelvan humanos, para su propia autocreación nos dio la ley de tres, así quien tenga en sí mismo su propia ley de tres ha llegado al mundo del "Yo soy".

Más adelante en estos escritos expondré el por qué no deben de caer en poder de la identificación, de la consideración interna, del egoísmo, de las emociones negativas, en qué radica la idea de no expresarlas y de erradicarlas, con el propósito de que se vuelvan conscientes del mal que causan a todo lo creado por Él, ya que al estar bajo su poder crean tensión, desunión y guerras, en general la desarmonía en el todo. Esta enseñanza que tengo a bien transmitir se propone preparar al hombre para que inicie el camino que lo conduzca a cumplir el propósito superior-cósmico para el que fue creado, pero para ello es preciso primero purificar sus tres cerebros, librarlos de la imitación, de la identificación, de la consideración interna, las emociones negativas, el egoísmo, en general de todos los condicionamientos que lo mantienen prisionero, para que luego habite los tres mundos a la vez, funcione como una sola cosa y la misma, para que después, renuncie a su individualidad y se ponga al servicio de lo creado. Tenemos una gran responsabilidad y es momento de enfrentarla.

Aquí en el mundo interior a mí siento la libertad a la que he llegado, ahora sé en qué consiste, no es ni echarse a dormir en los laureles, ni hacer lo que nos venga en gana, es adquirir conciencia de que el crecimiento individual proviene de mi propio dolor y del dolor que emana de la realidad que siempre estuvo frente a mí, pero por estar mis ojos deslumbrados por el mundo externo a mí, no la percibía, es entonces que comprendo con todo mi ser que la felicidad ordinaria es una ilusión, hay mucho por hacer para que el mañana de la humanidad sea mejor, mientras ese deber del ser no se cumpla no es posible pensar en descansar; ésta llena los estados interiores a mí con su sabor ambiguo de placer-dolor, el que me es familiar desde donde no hay tiempo, en el punto en que se cruzan la cuarta y quinta dimensión, en el ahora, donde las influencias de lo alto pueden ser comprendidas. Librarse de los estados que corresponden a la tiesa vida, es tomar conciencia de sí y de lo creado, en verdad es una gran responsabilidad puesto que se sufre conscientemente al conocer la fabrica de dolor que es la vida, por lo que la propia comprensión de la realidad nos hace sentir nuestra insignificancia y nulidad, y cómo encaja en el todo, es cuando podemos conocer el sufrimiento de Él al ver hacia donde va el hombre contemporáneo, hacia el desastre, por lo que, al comprenderlo sufrimos intencionalmente esforzándonos por crecer internamente para emanar las radiaciones provenientes de nuestras vibraciones que ayuden a la armonía del todo, debido a ello, no podemos tomar nada para propósitos personales, ni egoístas, dado que como personas no existimos más, sino que todo nuestro trabajo sobre sí con sus pequeñas comprensiones lo hacemos por toda la humanidad, ya que ello mejora el aura del planeta de acuerdo a la ley gravitacional de las vibraciones.

En este instante comprendo que la ignorancia de la ley no nos libra de ella; es entonces cuando mis remembranzas se remontan a aquel enviado de lo alto que nació como príncipe y vivía en un palacio, su padre tuvo especial cuidado de esconderle la gente anciana, los enfermos, la miseria, la muerte, etc., le hizo creer que la vida era color de rosa. Un buen día decidió salir del palacio, aun y cuando su padre se encargó de que todo afuera pareciera normal no fue suficiente, de pronto vio a un anciano y se sorprendió, y al bajarse y correr tras él, su sorpresa fue mayor al ver gente enferma y miserable. Al darse cuenta de esa realidad que existía pero él ignoraba, abandonó todo lo terrenal que poseía y se fue a vivir coma asceta, de un opuesto pasó al otro, pasados los años comprendió que la verdad no estaba en los opuestos, sino en el equilibrio de ellos. Esta elucidación está relacionada con mi dolor, cuando percibe el ser interior a mí, cómo la humanidad en su fuerte egoísmo, busca sólo el bienestar de lo que llaman sus seres queridos e ignora a todos los desventurados, ellos mismos se ponen la venda en los ojos, sin importarles nadie, en su indiferencia quieren creer que la vida es color de rosa, y dicen que satisfaciendo sus necesidades no les importa lo que les pase a los demás, dicen: a mi me importan los míos, no los demás, y así están conformes, por otro lado, si les va mal se sientan a esperar a que mañana sea mejor, lo cual basan en lo concerniente a los bienes materiales del mundo externo a ellos, de lo interno no se preocupan, ignoran que todo es conforme a la ley y que sin desearlo atraerán la punta opuesta de la vara y sufrirán inútilmente. Al querer creer que la vida es color de rosa no perciben que no es así, quieren ser ciegos a la realidad, simplemente, la carne que se comen proviene del dolor de matar a un ser, se lo comen creyendo que sólo ellos tienen derecho a ser felices, sin detenerse un instante a pensar en que consiste la vida. Así como ellos engordan a las vacas, los cerdos, las ovejas, las gallinas, para luego matarlas y comerlas, esto es conforme a la ley, la vida no es color de rosa, el pez grande se come al chico, y ellos van a ser comidos por algo, ya que en el universo nada se desperdicia y todo sirve de alimento para algo, por lo que ellos al no trabajar sobre sí van a ser comidos por algo, del mismo modo creen que sólo ellos tienen derecho a satisfacerse, piensan que lo merecen, por creer que son muy importantes, se creen el centro mismo del universo, tanto la sociedad como la religión así se los han hecho creer. La primera por implantar el fuerte egoísmo y la segunda por alentar el sueño de que son muy importantes, por lo que son oídos por Dios. El hecho de ignorar la tragedia que es la vida no los libra de ella, por lo que quiéranlo o no, luego se quejarán de ella, lo peor es que no tendrán nada de que asirse, por lo que al morir morirán toditos, su estrecha experiencia se desintegrará igual que ellos, su sufrimiento inútil los acabará, dado que éste sólo los desgasta. No se percatan de su insignificancia.

La ley gravitacional de vibraciones es aquella que de acuerdo a la densidad de las mismas las ubica en el lugar correspondiente a su nivel de ser. Debido a lo cual todas y cada una de las vibraciones de los tieso-seres, o seres aparatos receptores-transmisores, se rigen según dicha ley. De esta manera las emociones negativas, la consideración interna, la autocomplacencia, en general la identificación, poseen vibraciones muy densas, por lo que se ubican en los planos de los niveles de ser más bajos, y qué decir del amor de sí, del egoísmo, sus vibraciones contribuyen a los procesos de destrucción recíproca y de lo creado por Él. Podemos decir que dichas vibraciones se alejan a lo por Él estipulado en los deberes del ser, son vibraciones que nos desunen, nos desintegran, son aquellas que hacen la guerra a sí mismo y afectan al todo. Además de envenenar por sus vibraciones las emociones negativas no se deben expresar porque, aparte de gastar su energía están conectadas con la autojustificación, debido a ello hacen creer que tienen razón pues al mentirse se detiene todo análisis imparcial, por lo que siempre al contarlas se excluyen muchas cosas de lo que uno es o de lo que uno hizo, dado que se busca el propio beneficio, es así que se dicen verdades a medias, sólo lo que les conviene, la autojustificación aunada a las emociones negativas fortalecen los yos negativos que conforman la falsa personalidad, aquellos que mantienen viva la lista de deudores y pues aunque crean que un asunto ocurrido hace mucho tiempo ya está olvidado lo traerán a su estrecha conciencia al ofrecerse la ocasión, lo cual se debe a que las emociones negativas al haber sido adquiridas desde el exterior al hombre, actúan como reacciones a los estímulos exteriores. Los yos negativos que son de los más fuertes de lo no propio los cegaran haciéndoles ignorar entre otras cosas, el trabajo sobre sí, su lado oscuro, en general volteándolos a ser la mitad de lo que deben ser, a creer que en todas las ocasiones son buenos, que no son egoístas, que todo lo saben; todo el conocimiento que se logra a través de las emociones negativas, tanto de uno mismo, como de los demás es falso, dado que está cargado a un punto de vista convenenciero, debido a ello nunca se acepta las cualidades de los demás. La energía sensible es aquella que los ayuda a confrontar el sí el no, a darse cuenta de su entorno pero las emociones negativas, la consideración interna, el amor de sí, las actitudes, las asociaciones y los hábitos lo impiden, la confrontación de los opuestos nunca se dará procediendo según el gusto y deseo, siendo parciales, es preciso esforzarse por verse en la situación opuesta a su punto de vista, volviéndose conscientes de lo que su violencia desata, para ello será preciso no reaccionar como acostumbran, para luego situarse en una posición equilibrada tomando en cuenta que lo que les hago a los otros me será hecho, esto será posible en la medida en que hagan esfuerzos intencionales y conscientes, tornando pasivas sus reacciones habituales, los condicionamientos y aventurándose a cerebrar de una nueva manera, el cerebrar así les hará ver posibilidades que no ven por reaccionar de la misma forma, pero que siempre han existido.

Cuando cierran sus ojos buscando sólo su bienestar, a costa de quien sea, no contribuyen en nada al bien común, así asistan a todos los oficios religiosos no están cumpliendo los deberes del Ser de los seres. Cuando actúan según el gusto y deseo se cree que por dedicarle una hora a la semana a Dios ya cumplieron sus deberes, más no es así, el que obra es el ser y mientras no lo eleven seguirán juzgando, criticando, inventando, en general envenenando su entorno. Por otro lado cuando se libran del egoísmo su densidad de vibraciones es menos densa por lo que se ubica en los planos superiores, donde pueden ser escuchadas sus súplicas y asimismo pueden oír los mensajes de lo alto. El hecho de librarse de sus emociones negativas, de hacerse la víctima, de querer ser tomados en cuenta, de querer tener siempre razón, cambiará sus vibraciones y simplemente por eso contribuirán a la armonía del todo, a que mañana sea mejor.

Cada día deben tener presente el dolor de la humanidad, ese sufrimiento intencional los hará crecer y la emanación de radiaciones que emitirán sus vibraciones al ser conscientes del dolor, obrarán como una súplica, la que contribuirá a mejorar lo creado. Por otro lado, cada vez que se cierren a la realidad donde a cada tres segundos mueren seres por inanición, sólo por el egoísmo de unos cuantos que comercian con los alimentos y la salud, sí, esos que ostentan el poder del mundo, que viven de espaldas a la ley, que en su afán de poseer degradan a los seres humanos al acaparar lo que la sabia naturaleza nos proporciona para nuestro sustento, todo en base a su egoísmo, al poseer por poseer, es así que este mundo creado para un fin, ha equivocado su rumbo, si ignoran esto, volverán a soñar y en nada ayudarán al bien de la humanidad. Se requiere volverse conscientes de la tragedia que es la vida para vencer su amor de sí y dejar de creer ser lo que no son, volviéndose niños tornando pasivos los malos hábitos implantados por la equivocada educación, aquella que busca la competencia, no por ser mejores, sino por considerarse superiores a los otros, y encontrarse en posición de utilizarlos para sus egoístas propósitos. Nuestro Común Creador se horroriza al ver el aberrante proceder de la humanidad, donde todo es destruido por el hombre, por creer ser lo que no es.

Los esfuerzos que "Yo soy" hace para combatir la inconsciencia de la humanidad son tendientes a transmitir por medio de la palabra hablada y escrita dichas comprensiones, lo que es sumamente difícil, ya que ello no tiene paralelo con lo conocido, y los lectores de mis escritos tratarán de bajarlos a lo conocido por su mente sensual, a ellos les pido que tengan siempre presente que para su propia transformación será preciso esforzarse por volver pasivos todos los condicionamientos implantados en ellos y tomarlos como algo enteramente nuevo, el esfuerzo por mantener la atención en dichos escritos les ayudará a comprender lo que se esconde tras las palabras, ya que los situará en las mejores partes de sus cerebros. Hace pocos días, llamé a un alumno para saber cómo iba un asunto relacionado con la escuela, en la conversación hice referencia a otro de los alumnos, el cual sin yo saberlo se encontraba con él, al terminar la conversación el otro alumno le dijo al que yo había llamado que yo lo estaba rastreando. Lo que acabo de mencionar no es otra cosa que bajar lo que no comprenden a lo que su mente sensual conoce, es creer que siempre tienen razón y todo lo saben. Si pensaran por sí mismos el sentido común, que se encuentra en la verdadera conciencia, les dictará lo que es correcto. Imagínense a alguien que eleva su nivel de ser hasta vencer la dependencia con el mundo exterior, alguien que no reaccione más a lo que le gusta o a lo que le disgusta. ¿Creen ustedes que utilizará su energía en estupideces? Por supuesto que no, sin embargo para dicho ser su afirmación la consideraba como su única verdad. ¿No es esto vivir en el mundo de la ilusión, creyendo que la realidad que perciben por sus órganos de los sentidos es verídica? Creen ser lo más importante de lo creado, e ignoran su insignificancia. Hay detrás de lo visible y tangible todo un océano de posibilidades reales que al estar dormido no se ven. Para accesar a ellas, primero es preciso volverse conscientes de su propia ignorancia. Asimismo mi sufrimiento intencional y consciente emana las radiaciones, que conforme a la ley gravitacional de las vibraciones, son opuestas a las vibraciones del amor de sí, ya que nada soy como persona, y así éstas se sitúan en su lugar correspondiente a la densidad de dicha ley, restando a la inconsciencia y sumando a la conciencia cósmica, debido a ello no hay reposo para "Yo soy", sino trabajo para que el mañana del todo sea mejor. En mi dolor recuerdo las palabras de aquel enviado que crucificaron: "Es mucha la siega y pocos los segadores". Como hace dos mil años, igual ahora, son pocos, conforme a la ley, pero cuánto deseo que fueran más; sí, es sólo un deseo, la realidad es impactante.

Dichos estados interiores a mí, que acompañan la vida del "Yo soy", y que hasta hoy, mucho se ha esforzado mi ser, por mantener en armonía, recordando a cada instante y recordándome a mí mismo, por qué soy y para qué soy. "Yo soy" porque desde el principio de los tiempos, al venir de Él y ser parte de Él, se requiere servir y contribuir con Él, entonces dicho deber pertenece al ser. Así si "Yo soy", y quiero seguir siendo, no porque me plazca, tampoco porque no me plazca, debo cumplir mi deber de ser. Es cuando mis elucidaciones se conectan como un todo, pequeño, pero un todo al fin, integrado, y si quiero seguir siendo, tengo que esforzarme por ser, prefiero con plena conciencia servir a que de mí se sirva la madre naturaleza, ya que las opciones son, la conformidad para con el mundo material, o el mantenerse alerta contra la hipnosis que da dicha conformidad, en el primer caso sólo basta dormir y dulcemente arrullarán su sueño, en el segundo, es necesario sufrir intencionalmente, el renunciamiento a creer ser lo que no son y volverse conscientes de su insignificancia y su nulidad. La paz entre desasosiegos y sosiegos interiores a mí, es el equilibrio del antagonismo vencido, del sufrimiento intencional. Para que "Yo soy", por la ley de la caída gravitacional, caiga bajo las leyes de las influencias correspondientes a su vibración, algo debe hacerse con esfuerzo, dirección e intención, o por otro lado, nada se hace, pero todo es hecho, conforme a la ley, es cuando todo sucede de la única manera en que puede suceder. Si este sufrimiento mío, se vuelve mecánico, por dicha ley seré atraído por las influencias correspondientes a su vibración, plagadas ellas del amor de sí, de la consideración interna, de la identificación, de las emociones negativas y otras barbaridades similares, caerá "Yo soy", en la corriente que conduce al abismo, donde está el llanto y el crujir de dientes, morará entre el sueño y la ilusión, creerá que mañana será mejor, y así será, pero percibiéndolo desde donde lo percibo, rápidamente atisbo que ello obedece a la ley, aquella que dicta el orden de manifestación de lo creado, pero que a mis compañeros se les escapa que también mañana será peor, y que así seguirán sucediéndose, pasando del llanto a la risa, de amar a aborrecer, unos a otros, tanto los eventos como los estados, hasta que la cuerda de tanto estirar reviente y aviente, lo propio, sin crecimiento y lo no propio se desintegre.

¡Ay! Que dolor el de Él al ver lo que se hace con lo que nos confió, nos lo dio limpio y libre y ustedes lo contaminan con su egoísmo y emociones negativas, no estaba previsto por Él que así fuera, una cosa es estar dormido y otra destruir y destruirse, haciendo padecer a nuestra esencia divina.

Si, como lo he hecho, sin aflojar el paso, sufro intencional y conscientemente, y con convicción interior a mí de sufrir, si así es el caso, voluntariamente, conduce a "Yo soy" al vasto océano, mis posibilidades se ensanchan, bien que lo sé, el crecimiento interior a mí proviene sólo del dolor, de ese abstenerse de buscar la notoriedad y el propio bienestar, del obedecer la ley. De este modo lo propio que me fue confiado y dado, como un infante, debe elevarse por medio de la comprensión de lo que es la tiesa vida y el cómo sustraerse a su embrujo, cada pequeña comprensión con la emoción que proviene de mi propia experimentación nutre y amamanta lo propio, aquello que Él tuvo a bien darme como oportunidad de servirlo. Si por el contrario el sueño y la ilusión toman el control, lo propio entra al reciclaje de las vidas, viniendo una y otra vez a remplazar la célula muerta por una viva, tiene su propósito en el todo, pero también las veo como oportunidades desgastadas.

Las emanaciones de radiación del "Yo soy" aunque pequeñas, se agigantan al sentir el dolor de la aberrante situación por la que atraviesa la tiesa sociedad contemporánea, que en su ausencia de conciencia, llaman progreso, y que yo veo como deterioro de la condición humana. Nuestra gran naturaleza será la que sufrirá al verse obligada, una vez más, a poner orden en este caos. Será un recomenzar, otra nueva oportunidad que Él nos da. Con dolor siento que lo mismo pasará, ¿Quién o qué podrá librar del sueño a la humanidad? Hablo y no escuchan, escribo y no leen, grito y mis gritos son apagados por la euforia en la que pasan su existencia. Muchos han sido los enviados del allá arriba, intentando todo, algunos fueron mensajeros de los sagrados impulsos de la fe, el amor y la esperanza. Todo quedó reducido a nada. A través de los siglos no ha habido muchos, siempre han sido los mismos iniciados y enviados que una y otra vez lo han dado todo para liberar a la humanidad de sus males y lo seguirán intentando mientras se les brinde esa oportunidad de servir a nuestro Común Creador.

¿Quién podrá acabar con la degradación y dominación del hombre por el hombre? Los que tienen el poder económico y militar juegan el rol de amos, protegiendo sus egoístas intereses, sin considerar a los demás seres semejantes a ellos, no importa quién muera. A través de los siglos se han alternado el poder unos y otros, destruyendo todo a su paso, siempre buscando lo que el mundo ama; notoriedad, reconocimiento y riquezas que luego otros les quitarán; han matado a los enviados y el conocimiento ha sido olvidado o perdido en su propio inicio. Este dolor tan mío al verlo todo al revés, pocos vienen y se van, nadie quiere oír la verdad, preciso es vencer su fuerte egoísmo, pero, ¿Qué puedo hacer si nada soy? ¿Cómo me escucharán? Es cuando mis gritos se acallan a pesar de mi sufrimiento consciente, debo seguir intentándolo una y otra vez, es mi deber, todo es conforme a la ley, y con unos pocos que lo comprendan, la radiación de este planeta será mejor, mis esfuerzos intencionales y conscientes, provenientes del sufrimiento intencional, no se pierden, quedan por siempre en donde no hay tiempo, por lo que mientras se me permita, a cada instante los haré, cada momento que no estoy identificado, o en poder de emociones negativas, o considerando internamente, o buscando ser tomado en cuenta, estoy contribuyendo a que las radiaciones de este planeta sean mejores. Todos aquellos que deseen honestamente crecer pueden contribuir a disminuir la negatividad del mundo esforzándose por no ser egoístas y por no estar en poder de las emociones negativas, las vibraciones de éstas son muy densas, al buscar el bien de la humanidad sus vibraciones pertenecen a planos superiores, y así lo ayudan a Él a que lo creado tienda a la armonía; aún así cierto estoy que la madre naturaleza se verá obligada a ordenar el inminente caos hacia donde se dirige la humanidad. En los hacinamientos de las grandes ciudades impera la violencia, que es la otra punta de la vara, de la que no son conscientes, creyendo vivir en las grandes cosmópolis, en lo mejor de la civilización actual, habitan en medio de las aberraciones a las que ha llegado el género humano, donde los valores están invertidos, la seguridad no existe, lo peor es la inconsciencia de todos, la gran indiferencia con la que contemplan la delincuencia, su vivir se caracteriza por buscar sólo su bienestar, y mientras no les suceda a ellos, lo que pase no les importa. ¡Ay! este mundo actual es un desorden, "todos creen tener la razón", por eso se atreven a juzgar los actos de los demás, lejos está la enseñanza de aquel que dijo: "El que esté libre de pecado, tire la primera piedra". No son conscientes de su lado oscuro, porque no les conviene, prefieren engañarse contentándose con creer que sólo ellos son buenos, por esa venda que ciega sus ojos, no ven su contradictorio proceder y creen que todos deben ser como ellos son, pasan su existencia juzgando a éste o aquél, afirmando que lo que hacen está mal, esto sucede sin percibir que no conocen nada de la situación que juzgan, ya que su cerebro emocional está cargado de ponzoña, de emociones negativas, no son conscientes de que no pueden sentir lo que otros sienten en el momento de su acción, ya que al aprender por asociación-imitación las vivencias de unos y otros son diferentes al igual que los niveles de ser, y un nivel inferior no puede comprender a un nivel superior, sin embargo creen que no hay diferencia, sus juicios se basan en creer que al ser exteriormente todos muy parecidos, no hay seres con un nivel superior de ser, se les escapa que muchas de las acciones de seres con un nivel superior de ser, no pueden ser comprendidas en su bajo nivel, pero como todo lo saben, tratarán de bajarlas e igualarlas a lo por ellos conocido, de tal modo que igual los condenarán, su rigidez separa todo en bueno y malo, y como desean ser aceptados cuando están con sus compañeros proceden de acuerdo a lo aceptado por ese grupo de tieso-seres, es de este peculiar modo que pueden robar o matar a un semejante, sólo por ser aceptados. En verdad es terrible y temible la situación por la que atraviesa la humanidad, es momento de que no esperen más a que algo se haga, es preciso contribuir a mejorar nuestro mundo, arriesgarse a crear un mundo nuevo, libre de las vibraciones provenientes del amor de sí que sólo destruyen lo creado, no son muchas vidas una sola es, por lo que al agredir a sus semejantes se agreden a sí mismos, somos pequeñas células del todo vivo, al unirnos tendemos a su realización, para ello, primero, sus esfuerzos deberán dirigirse a dejar de ser muchos, quitándose las pesadas ropas de lo no propio y el egoísmo, para volverse niños, siendo humildes y llegar a su "Yo soy". Después esforzarse para no ser más individuos, sino ser uno con Él y ayudarlo a hacer su tarea.

Así termino mis remembranzas, elucidaciones y reflexiones. Honesta y sinceramente pretendo que contribuyan a crear conciencia de que algo debe hacerse ahora con un gran esfuerzo intencional y consciente, basta de que todo sea hecho, para crear un nuevo mundo y los invito a compartir, a comprometerse a arriesgar el todo por el todo. En la medida que su egoísmo disminuya, disminuirán las bajas vibraciones, lo cual aliviará la tensión en el mundo.

Comuníquense con sus partes más internas y pregúntense ¿Para qué estamos aquí? Debe haber algo más que nacer, reproducirse y morir, búsquenlo dentro de sí mismos, busquen el equilibrio entre su diablo y su Dios interiores, entre su parte femenina y masculina, entre su afirmación y su negación.

Héctor Olvera

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