miércoles, 4 de abril de 2007

El sexo y el desarrollo

Quienes deseen un desarrollo pleno de su ser interior deben esforzarse por conocer todos los aspectos que afectan y aprisionan al ser humano, es preciso tener presente que el hombre, al ser un todo en pequeño, todo bueno y malo vive dentro de él, lo importante es ensanchar su conciencia para conocer y aceptar su lado oscuro, posteriormente al sustituir esa alocada carrera de proceder de acuerdo, a veces, a lo que le gusta y luego a lo que le disgusta, que es la tercera fuerza, la vida, por la tercera fuerza, el Trabajo sobre sí, ésta dará la dirección correcta a su andar por la vida e impedirá se cargue a la derecha o a la izquierda, dejará de ser extremoso y explotar cuando las cosas no salieron como esperaba, es más dejaré de esperar de los demás y degustará el extraño sabor antes conocido del placer que se encuentra en servir y dar sin esperar.

El sexo es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo del ser, ya que en la vida es, de hecho, la principal causa de esclavitud, pero si se hace el Trabajo sobre sí mismo será la principal fuente de liberación y transformación. El Trabajo en este aspecto consiste, primero, en hacer propio el conocimiento, que reemplace a la ignorancia sobre el particular. Segundo al darse cuenta que el centro sexual sólo cuenta con una tercera parte de la energía necesaria para su correcta operación, esforzarse por generar las energías que completen al centro sexual para que se pueda expresar correctamente. Tercero, evitar que lo no propio, aquello que uno no es pero cree ser, lo en él implantado desde el exterior, intervenga en el acto sexual e impida se generen las energías que por derecho nos pertenecen. Cuarto, vencer el amor a sí mismo, al convertirse en el servidor de su pareja. Quinto al actuar así el centro sexual tomará el control de las mentes inferiores y comenzará a generar las energías necesarias para la transformación del hombre. Éstos y otros aspectos se profundizan en el presente documento.

El sexo es un aspecto que se descuida al pretender el hombre despertar y completarse. Lo anterior obedece, principalmente, a que la educación y la religión han hecho creer al hombre y la mujer que el sexo es malo y sólo aceptable bajo ciertas condiciones y aún en ellas no se permite que se exprese con la libertad que debiera, pues otra vez, creen que es malo aceptar la propia sexualidad, por ello en el conocimiento de sí mismos, muchos no quieren tocar este aspecto, sin observar que los condicionamientos implantados en ellos se activan automáticamente. Dicha idea se ha vuelto fija y es ahora la causa de muchas de las enfermedades y de la violencia de los seres contemporáneos, enfermedades que la medicina no puede curar, ya que el mal está dentro de la psique, aspecto también descuidado por la medicina, me refiero a diversos tipos de cáncer y al llamado SIDA. Es tan fuerte la tensión emocional, producto del sentimiento de culpa, del haber cometido lo que ordinariamente se llama pecado, que rompe la correlación entre los laboratorios del primer y tercer pisos, el de la mente intelectual con la mente instintiva. De ello pueden derivar diversas consecuencias, ya sea la locura o el daño de algún sistema u órgano o la inhibición del sistema inmunológico, ya que en realidad al romperse la correlación entre las mentes de la máquina humana, no saben qué hacer, dado que ignoran lo que está sucediendo. En cuanto a la violencia, ésta se debe a que las inmundicias provenientes del segundo alimento, el aire, que deben ser expulsadas por medio del sexo, al no hacerlo intoxica las otras mentes, por lo que están prestos a criticar, odiar, condenar y explotar con emociones negativas, siempre quieren salirse con la suya y al no poder hacerlo, estallan. Todo lo que odian es aquello que está en conflicto en su interior. ¿Cómo puede haber armonía en el hombre en dichas condiciones?
Mucho habla la Enseñanza del predominio de una mente sobre otra, pero sólo se refieren al predominio, ya sea, de la mente intelectual, de la mente emocional o de la mente motora, pero nunca del predominio que éstas ejercen sobre la mente sexual, por lo que la vida de los seres contemporáneos es sexualmente pobre. También se da un predominio de la mente sexual sobre las otras, esto deriva de la mala educación donde la expresión de la mente sexual por no estar completa en sus energías y la represión sexual, se degrada y se expresa con morbosidad, violencia y egoísmo. La energía sexual proveniente de la primera octava, la del alimento físico y la bebida, sufre una serie de indigestiones en su fabricación, pues se descuida el estado interior al momento de ingerir los alimentos y al tratar problemas o negocios en la mesa, la elaboración de las energías es pobre y la de la mente sexual al ser la última de la primera octava es escasa y de mala calidad. Esto afecta, por un lado la elaboración de la hormona llamada testosterona, misma que nos da la capacidad para tomar decisiones con claridad, ésta, en la mayoría de los casos, es muy pobre. Por otro lado los efectos de estas indigestiones, al no haber la cantidad suficiente de testosterona, hacen al hombre y la mujer soñadores y románticos, por ello sueñan que las cosas van a cambiar y asimismo creen en todas las promesas que hacen o les hacen sus compañeros. Al ser violadas dichas promesas se tornan negativos y condenan a sus semejantes. La correcta elaboración de las hormonas sexuales tiene mucho que ver con el estado interior cuando se ingiere el primer alimento, si éste es negativo la energía sexual estará degradada desde su inicio.
Por esto el ser humano nunca se completa, nunca se equilibra, descuida el aspecto sexual pues sigue considerando el sexo como malo, no acepta su lado oscuro, su propia sexualidad. Es éste su talón de Aquiles y por el es devorado por la vida.

En el Trabajo sobre sí no basta con comprender las ideas que hablan de las otras mentes y sacarle la vuelta al sexo, aquí no es deseable ser "bueno y bien portado", esto será a costa de detener su propio desarrollo.

Me voy a referir al cómo y al por qué deben ser extirpadas las ideas románticas sobre la imagen de sí, formada ésta siempre de acuerdo a lo que los demás piensen o digan de ellos, así no se vive la propia vida, sino la de los demás. Dichas imágenes se forman escondiendo los aspectos que no quieren que noten, ahí se esconde, entre otras cosas, la no aceptación de su propia sexualidad. El pasar por bien portado ante la sociedad implica por un lado esconder su sexualidad y ser cortés por otro, callando lo que realmente piensan o sienten, ¿no se dan cuenta que así impiden su desarrollo y los cambios en los demás? Antes de abordar lo anterior voy a abrir un paréntesis para hacer referencia a lo siguiente. Lo que nos hace diferentes no son las grandes cosas, ni los grandes cambios, sino las pequeñas cosas y los pequeños cambios. Éstos hacen que el macrocírculo de la recurrencia no sea más el mismo, del mismo modo en el hombre como un microcírculo, en el cual gira su recurrente existencia, ya no será más el mismo, así al implementar un pequeño cambio, producto éste de la comprensión emocional, es decir de la vívida experimentación, al ser dicha implementación gradual, posibilita a las demás partes de ese pequeño todo a adaptarse y cambiar, de este modo al cambiar nosotros posibilitamos los cambios en los demás y en el Todo. Esto tiene que ver con lo que comencé este comentario de que si no cambiamos no cambiarán los demás, la consideración externa, que debe nacer del interior de los interiores, y que consiste en ponerse en el lugar de los demás, pero incluyendo la capacidad de entrar en los otros, de sentir las emociones de los demás; en la vida ordinaria ésta nace de las partes más bajas, las más externas del centro emocional e intelectual, en la primera por compadecer a los otros y en la segunda por mantener sin mancha la ilusoria imagen de sí. Veamos qué es lo que pasa realmente a través del siguiente ejemplo: un hijo le comenta a su padre que es conveniente vender su casa ya que es muy grande para él y su esposa, y que ya que los hijos se han ido, sería mejor una casa más chica y fácil de limpiar, asimismo el dinero sobrante de la venta les ayudará a vivir cómodamente, entonces le sugiere que la anuncie en el periódico y la venda. Pasan los días y al hablar por teléfono el padre le dice que va a dar la casa a una agencia de bienes raíces con opción a venta, el hijo le dice que no lo haga, que si él la anuncia él tendrá el control y si le ofrecen menos de lo que pide puede negociar, o si le dan una parte de contado y otra a plazo, en fin que al ser él el que negocía puede ser flexible, por otro lado la agencia buscará obtener el mayor beneficio posible de la venta y no tiene la prisa que él tiene de obtener el dinero. El padre se enoja pues se siente ofendido y dice “Entonces estoy equivocado” y cuelga el teléfono al hijo, pero hace su santa voluntad y la da en opción a venta con un contrato de un año, en el cual se compromete a no venderla él, sólo la agencia. Al paso de los meses, un día que el hijo visitaba a sus padres, el padre le dice “Hijo quiero pedirte que me des dinero pues ya se me está acabando y no tenemos para comer y los gastos”. Desde el punto de vista de la vida ordinaria el hijo le dará el dinero y todo seguirá igual, la recurrencia de las vidas seguirá inalterable, nadie cambiará. Desde el punto de vista del Trabajo nada importa lo que piensen los demás de uno, el hijo dirá “Pues bien, te dije que no dieras la casa en opción a venta, sino que la vendieras tú, y ya se hubiera vendido, y no te faltaría dinero, así que no te daré dinero”, el padre dice “¿Entonces qué voy a hacer? Me voy a tronar los dedos”, el hijo responde, “Por mí te los puedes romper”. Les aseguro que el padre no siguió haciendo su santa voluntad, se detendrá a pensar un poco antes de actuar. Esto es lo importante, hace que los demás cambien, por otro lado, siendo “buenos” en realidad no ayudamos en nada.

Otro ejemplo: una madre se queja amargamente de que su hijo mayor no va a verla, ni le importa lo que le pase, el día que va a visitarla la madre le hace muchas fiestas y él con aire de perdona vidas la desprecia, el padre lo corre de su casa y después en la Navidad se presenta en casa de sus padres tomado y llora desconsolado que él los quiere mucho y que lo perdonen, lo perdonan y vuelve a repetirse la misma historia, es decir la recurrencia de las vidas, la madre vive desilusionada y con sentimientos negativos porque el hijo no va a verla y con pequeños momentos de felicidad cuando una vez al año se acuerda el hijo de ella, la vida de esta mujer oscila entre la felicidad y la pena, pasa de un lado a otro según sea el caso, los pequeños instantes de felicidad son robados por los largos compases de espera. El perdonar ordinario no posibilita el cambio en el ser y al ser este último el que obra se vuelven a hacer las mismas cosas una y otra vez, ello afecta a ambas partes, por un lado el hijo no cambia y por supuesto no cambia con los demás seres con quien tiene relación, por otro la madre sufre esperando la llegada del hijo, si fuera firme haría que el hijo cambiara con los demás y ella no estaría desgastándose pues ya no lo esperaría. Las segundas oportunidades son sólo sueño, una ilusión para obtener una felicidad ficticia que está fuera de nosotros, muy diferente de la paz interior que se logra no de hacer lo que nos gusta o disgusta, sino lo que debemos desde el mundo de la Voluntad, que debe ser ésta la que dirija nuestro actuar. Supongamos que alguien maneja su carro y al estar distraído no ve un trailer que invade su carril, choca y muere, aquí claro está que no hay segunda oportunidad, de decir “le hubiera sacado la vuelta”, “me hubiera salido de la carretera”, “hubiera enfrenado”, etc. Así debe ser la vida y tratar de hacer lo que se debe desde el punto de vista del Trabajo, sin importar qué pase, es la única forma de posibilitar los cambios en nosotros y en los demás y ayudar a que la humanidad misma cambie, poco a poco. Las costumbres anteriores han sido transmitidas de generación en generación, en nosotros está el que esto cambie. Quienes Trabajamos sobre sí podemos influir en la humanidad por medio de la conciencia grupal. Todo esto mucho tiene que ver con el tipo de influencias bajo las que, sin saberlo, se ponen y así atraerán las leyes que están invocando, la otra punta de la vara de la que no son conscientes y que siempre es indeseable, ponerse bajo mejores leyes significa ponerse bajo las influencias del Trabajo, es decir obrar de acuerdo a algo más grande y no de acuerdo al sí ordinario.
El aspecto sexual no escapa al actuar anterior y por pasar por bien portados se reprimen con las esposas o compañeras sexuales, haciendo sólo lo aceptado y escudándose bajo una imagen de sí, construida siempre de acuerdo a sus deseos. He visto como los hombres conceptúan como malas a las prostitutas, de hecho las desprecian, escapándoseles que se desprecian a sí mismos, desprecian aquello que está en conflicto interior. Los condicionamientos de la educación y la religión hacen que vean a las esposas como decentes y a las prostitutas como indecentes (desde el punto de vista del Trabajo ninguna de las dos son lo que se cree, ni bueno ni malo), sin embargo no se observan a sí mismos pues acuden con las prostitutas a “divertirse” y lo que hacen con ellas no lo hacen con las esposas por considerarlas decentes, en realidad no las satisfacen en lo absoluto y creen que ellas no tienen necesidades sexuales, en caso de que las tengan son unas perdidas. Preguntarse qué piensan de las prostitutas da luz en la oscuridad, la respuesta debe ser sincera y sin justificación, sólo así se conocerán mejor y sabrán contra qué deben luchar.

También mucho se habla del volver pasivo lo no propio, pero nunca se refiere la Enseñanza a volverlo pasivo en el acto sexual. Cuando lo no propio interviene en el acto sexual erige una barrera que impide el libre flujo de la energía sexual, esto evita el natural desalojo de las inmundicias que deben ser expulsadas por medio del sexo, al involucionar degradan las otras energías de la máquina, haciendo pobre y pesado el trabajo de los instrumentos activos en la máquina y negando la activación de los pasivos, así las impresiones recorren inevitablemente las mismas gastadas rutas. Lo que interviene no es otra cosa que los condicionamientos de lo bueno y lo malo ordinarios, el egoísmo que busca su propio beneficio, el morbo derivado de la lujuria que surge de la represión sexual. Así intervienen una serie de pensamientos, sentimientos y sensaciones que nada tienen que ver con el sexo. Es relativamente fácil aceptar que no somos un cuerpo de carne, quizá que no somos nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras sensaciones, pero en el sexo, se olvidan, al contrario deben olvidarse de sí mismos. El hombre tiene una eyaculación temprana porque no se olvida de sí mismo y la mujer queda insatisfecha, si se les dice que pueden durar varias horas haciéndolo o varios días no lo entienden, creen que el sexo es eyacular. Si uno se olvida de sí mismo pasa a un mundo superior donde está separado del sí ordinario y uno no es la sensación de lo que está sucediendo, sólo cuando uno vuelve al sí ordinario y contempla con los ojos físicos lo que ve y percibe lo que toca y pone atención en la agradable sensación del sexo, sólo entonces eyacula, dicha eyaculación se confunde con los orgasmos del hombre, éstos nada tienen que ver con la eyaculación, ésta sólo marca el punto final del sexo en el hombre. Recuerden: No soy la sensación.

La represión sexual es la causa las aberraciones que comete el hombre, como las violaciones o el abuso del más fuerte sobre el débil.

Los pensamientos conectados con el sexo dan surgimiento a sentimientos engañosos donde creen que tener sexo, con un sinnúmero de factores en nada relacionados con el sexo, es el amor, amor que al no salirse con la suya atrae su opuesto, el odio y la violencia. De esta manera confunden todo y hablan de lo que no conocen, como las emociones positivas. El verdadero amor, el objetivo, el que no tiene opuesto, atrae su igual. Éste es posible conocerlo a través del sexo, siempre y cuando se realice sin intervención de la falsa personalidad, olvidándose uno de sí mismo, en una entrega de voluntades sin esperar recompensa alguna por lo realizado.
Ante todo debemos empezar por posibilitar al alumno para que acepte su propia sexualidad, sea cual sea, acepte que no debe ser manipulado por los conceptos subjetivos del bien y del mal ordinarios, ya que éstos, de prestarles atención, son los que detendrán su desarrollo, pues el temor al pecado se manifestará en muchos aspectos de su vida, en apariencia, no relacionados con el aspecto sexual, pero en la realidad íntimamente interconectados.

Se debe hacer notar al alumno que en la vida ordinaria con las energías que naturalmente o mecánicamente se elaboran, tanto la mente emocional como la sexual sólo trabajan a una tercera parte de su capacidad, así hablar del sexo o las emociones positivas es imaginación basada en la mente sensual, sólo en lo que ven, en realidad desconocen tanto la verdadera función como su riqueza, con esto en mente, claro está, que todo lo que imaginan que es el sexo estará falseado, será sólo la interpretación más externa de la función sexual. Aceptar este punto los posibilitará a estar abiertos a comprender lo que sí es el sexo. Primero deberán volverse conscientes de que desconocen el sexo y por lo que opinar o presumir lo que en realidad es el sexo es y será pura masturbación, asimismo deberán extirpar todas las ideas románticas conectadas con el sexo, como el conectarlo con el amor objetivo o algo parecido, aceptar que el sexo es sexo y puede darse con o sin afecto. De esta manera estarán más libres para aceptar lo que encuentren, siempre y cuando recuerden que no están aquí para hacer lo que les guste, sino les agrade o no, se abstengan de reaccionar de la manera acostumbrada.

La generación de nuevas energías provenientes del primer impulso consciente tiene como finalidad completar las triadas de las energías de los centros emocional y sexual. Sólo entonces se activarán las dos terceras partes sin uso de dichas mentes, y esto siempre y cuando se haya trabajado a la vez con el vencer los condicionamientos del bien y el mal, que de lo contrario harán que dichas energías involucionen y dañen más la máquina. Es estúpido contar con dichas energías y no saber qué hacer con ellas. La involución de las finas energías activará la imaginación sin control y ellos asegurarán ver a Dios, esto que equivale, nuevamente, a una masturbación.

La aceptación de la propia sexualidad tiene que ver con la comprensión de los aspectos de la naturaleza doble y triple de nuestro Padre. Nada es malo, ni bueno, simplemente es, y así es necesario. La imparcialidad del aspecto creativo o destructivo de nuestro Padre no se puede catalogar de bueno o malo, deben recordar su insignificante e inferior condición lo que los imposibilita para comprender un nivel superior, así todo lo que digan será aquello que bajan a su mente sensual y terrenal. Así el sexo no debe etiquetarse de bueno (cuando un papel te dice que estás casado), o malo si no estás. El sexo es el mismo, lo importante es de dónde nace, es fácil saber si nace de lo no propio o de lo propio, consiste en ser sincero al preguntarse ¿Por qué quiero hacerlo? En la respuesta está la contestación a la pregunta. Si dice porque tengo ganas, entonces parte del amor de sí, del egoísmo, mismo que debe volver pasivo. Que porque está muy buena o muy bueno, parte de lo no propio, pues se considera a sí mismo como que lo merece o tiene derecho, o es muy morboso, todos estos son aspectos de la degradación de la energía sexual, cuando intoxica a otros centros. Como se ve el sexo con su enfoque tradicional es la causa de la esclavitud del hombre y la mujer, desde el punto de vista del Trabajo es la fuente de su transformación y liberación.

Hay tres funciones del sexo, la primera, que es la más externa, es cuando la unión del hombre y la mujer se hace para procrear, ésta en nada ayuda al Trabajo, la energía sexual proveniente de la primera octava, del alimento físico y la bebida, la genera mecánicamente, por lo que al paso de los años se vuelve fija y rancia.

La segunda función ya tiene que ver con el Trabajo y consiste en ser conscientes de hacerlo para regular la energía de la máquina, manteniéndola libre de intoxicación. Con respecto a este punto en la vida ordinaria las gentes notan este cambio, pues cuando alguien anda con mal genio le dicen “ya cásate”, queriendo significar que si tiene sexo se calmará, otros en la vida ordinaria asocian el dormir tranquilo y relajado con haber tenido sexo la noche anterior. En este punto es preciso tener presente que si intervienen las otras mentes impedirán el desalojo de las inmundicias que el acto sexual debe cumplir.

La tercera función y la más elevada del sexo es cuando se tiene sexo y éste se expresa libremente, sin intervención de ninguna otra mente, se olvida uno de sí mismo y se acepta al otro ser en una entrega total de voluntades, es cuando se cumple el dicho de Jesús, citado en la epístola de san Clemente, “Cuando hagáis de los dos uno, y cuando hagáis el interior como el exterior y el exterior como el interior, y lo de arriba como lo de abajo, y cuando hagáis al hombre y a la mujer una sola cosa y la misma, de manera que el hombre no sea hombre, y la mujer no sea mujer; y cuando forméis ojos en lugar de un ojo, y una mano en lugar de una mano, y un pié en lugar de un pié, y una semejanza en lugar de una semejanza, entonces entrarás en el Reino.” Esto tiene que ver con haber vencido el conflicto con el hombre o la mujer interior, así como entre el mundo interior y el mundo exterior, es cuando se alcanza la paz interior en el hombre.
Cuando el sexo se da en las circunstancias anteriormente descritas se generan nuevas energías, mismas que no son necesarias para la vida común, éstas al saturar el cuerpo físico se transmutan en la concepción de los cuerpos supremos del ser. Hablo de un sexo sin egoísmo y con conciencia de lo que se está haciendo, con una expresión espontánea e impredecible, por ello debe confiarse en la otra esencia que interviene en el sexo y no estarse cuidando de lo que pensará la otra parte y viceversa.

Por medio del sexo el hombre tiene acceso a la energía creativa, así como a la regulación de las energías en la máquina. Se debe tener presente que el sexo trasciende las mentes, (intelectual, emocional y motora) y que la química de la sangre está subordinada a las hormonas sexuales. De hecho cuando el centro sexual es libre de expresarse completamente, toma el control y reordena a los demás centros inferiores y se convierte en el centro emocional superior.
Ver el sexo como natural y necesario los posibilita a armonizar las diferentes mentes así como a eliminar las energías, que de no hacerlo, contaminarán la máquina, el sexo es la forma adecuada para expulsar dichas energías degradadas.

Como se ve el acto sexual entre el hombre y la mujer tiene un efecto purificador, siempre y cuando no conduzca a nuevos problemas, como sentimientos de culpa, éstos se expresan a través de estados de depresión, ira o ansiedad, sin saber qué los causa pero tienen que ver con la intoxicación proveniente de la degradación del alimento psíquico. Mucho se tienen que observar a sí mismos del cómo se ponen en relación con el sexo, todos los hábitos deben quedar fuera del sexo, ya que si juegan un papel dominante en el sexo, como querer salirse con la suya, en lugar de desintoxicar la máquina, la intoxicará más, asimismo impedirá el libre flujo de la energía creativa. Por ejemplo si se empiezan a excitar emocionalmente sobre la otra persona, esto lleva consigo una cualidad egoísta, que impedirá el flujo de la energía, asimismo sucederá con cualquier intento de analizar o manipular intelectualmente el acto sexual, así la energía se degradará intoxicando los centros. El actuar egoístamente hace que el sexo se malgaste y se distorsione. Por lo tanto, el sexo como efecto regulador de energías sólo será posible si la personalidad de ambas esencias no interviene durante el acto.

El verdadero objetivo del sexo no está en la estimulación mental, ni en la excitación emocional, ni en la eyaculación, ni en el orgasmo, sino en el poder, en la fuerza y claridad que nos da la experiencia sin interferencia, intensificada en todos los niveles, ésta conlleva un sinnúmero de orgasmos tanto del hombre como de la mujer, sin eyaculación masculina, ya que ésta pone fin a la experiencia en el hombre, después de un espacio sin tiempo se permite que el hombre termine, si no termina es mejor pero este período no debe exceder de siete días. Después del primer orgasmo, la mujer apenas comienza lo que es el sexo y toda mujer debe convertirse en multiorgásmica, esto será posible en la medida en que acepte su sexualidad y vea al sexo como es, natural. En cuanto a los orgasmos del hombre, en la vida cotidiana se confunden entre el placer egoísta de la eyaculación con el orgasmo, dichos orgasmos se dan durante el acto sexual al estar a punto de terminar y si es el centro sexual el que actúa el hombre no eyacula pero tiene estremecimientos más poderosos que el tradicional y es posible observar y notar como en cada uno de ellos se percibe el flujo de energía recorriendo ambos cuerpos y la intensificación del poder y la claridad. En estos momentos se comprenden los verdaderos sentimientos, que tienen los mismos nombres pero que son diferentes por su sabor, como la esperanza, el amor, la alegría, mismos que no están en los opuestos, por ello no son excitantes pues nacen de las partes más internas del ser. Estos sentimientos verdaderos nacen de una forma espontánea, siempre que nos olvidemos de nosotros mismos, esto es lo que significa volver pasiva a la falsa personalidad, que no intervenga en nada, así algo debe surgir. La experiencia sexual así llevada nos es particularmente renovadora, pues su claridad de nuevo parece como si no le estuviera sucediendo a uno, como que está en uno y a la vez sucede fuera de uno, queda uno como si flotara, entonces lo mejor es aquietarse, relajarse para que la energía creativa pueda asentarse. Es esta libre fusión la que logra el verdadero contacto esencial entre el hombre y la mujer, ello impide que el sexo real se convierta en una cosa rutinaria, nunca se cansarán uno del otro, pues cada vez es y será algo nuevo, algo vivo, diferente por la intensificación del momento sin tiempo y siempre nuevo, nunca es lo mismo, ello ayuda a esforzarse en las demás áreas para mantenerlo libre de la contaminación de la vida ordinaria. La calidad del sexo tiene que ver con lo que deseamos hacer con nuestra vida, si no esperamos desarrollarnos internamente, es igual el sexo que se tenga, pero si deseamos crecer internamente son necesarias relaciones sexuales numerosas, dije numerosas, no promiscuas. Por otro lado la abstinencia sexual nunca ha dado buenos resultados, si contemplamos el complejo diseño de nuestra máquina, comprenderemos que abstenerse va en contra de la ley. Viendo que el sexo era en la mayoría de los casos un factor de contaminación de las otras mentes o dicho lo mejor posible, las otras mentes son un factor de contaminación del sexo, a un inteligente se le ocurrió que al abstenerce del sexo dejarían de cometerse tantos atropellos por un lado, pero por otro supo que la concentración de la energía sexual era muy poderosa y este ingrato pensó que si nunca tenía relaciones sexuales y por lo tanto no eyaculaba concentraría una fuerza tremenda y de ahí nació la tradición de la abstinencia para la tansmutación del sexo, por supuesto totalmente equivocada ya que va en contra de la ley, la transmutación del sexo significa la transformación del sexo de su nivel más bajo, activando los instrumentos de la procreación, al más alto, activando los pasivos instrumentos de nuestra propia transformación y luego, la conversión del centro sexual en el centro emocional superior. A los que digan que el sexo fue diseñado sólo para la procreación les diré que es lo que está a simple vista y por lo tanto lo único captado por la mente sensual, para ellos no hay nada más, para los menos dormidos diré, es deseable la abstinencia en todos los centros, para que la mente sexual asuma el control, nos dé la energía creativa, la única capaz de transformarnos y se convierta en el enlace con el centro emocional superior. Para ciertos proyectos es deseable no eyacular pero sí tener relaciones sexuales y este no eyacular nunca debe exceder de siete días, de lo contrario la energía se degrada e intoxica a los otros centros. Aquí es importante contar con la fuerza de la comprensión, comprender qué y para qué se está haciendo.

Parte del Trabajo sobre sí consiste en observar imparcialmente cuáles son las relaciones sexuales apropiadas en esencia, y no buscar aquellas que surgen por accidente, es decir por calentura, en éstas la sexualidad puede ser dañina, no así en las naturales. El Trabajo consiste en esforzarse para obedecer los impulsos de la esencia y no seguir los de la personalidad, es preciso aprender a degustar del sexo libre de los condicionamientos y otras presiones.

Si la imaginación interviene durante el acto sexual, éste no funciona ni para la desintoxicación, ni para la creatividad, al contrario daña su vida ya que deja entrar la identificación, misma que puede cristalizar en una obsesión sexual, desviando toda posibilidad de desarrollo interior.
Como se aprecia la función sexual en su nivel más bajo es un proceso fisiológico, digamos necesario, por otro en su nivel más alto es la llave del poder creativo. Entre estos dos extremos hay una serie de gradaciones, mismas que tienen que ver con los diferentes niveles de ser. Como función intermedia, deben comprender que es la forma natural en que el hombre y la mujer expulsan lo que de quedarse dentro de la máquina la dañaría. La peor consecuencia de la intoxicación de la máquina por la degradación de la energía sexual es cuando ésta se convierte en alimento para el egoísmo. Sus facetas de manifestación son muchas pasan del deseo de dominar y manipular hasta el deseo de destrucción.

Cuando se tienen relaciones sexuales adecuadas en esencia, el sexo no vuelve a ser lo que era antes, de hecho sin darse intelectualmente cuenta, se empieza a trabajar en contra del egoísmo y contra la imaginación en el sexo, algo se abre dentro de uno y con dolor, se ven las contradicciones conectadas con el sexo.

Entonces es posible trabajar de una manera directa contra el egoísmo en todos los ámbitos. Por último agrego que el egoísmo es aquello que les impide entrar y sentir a los demás, es la insensibilidad hacia los semejantes y ¿Cómo puede ser de otra manera, si sólo importa uno mismo?

Vencer el egoísmo les permitirá ampliar su reducida conciencia, percibirán, al vencerlo, no sólo sus emociones y dificultades, sino las de los demás, así obtendrán la capacidad de comprender y amar al prójimo. Dicho está, ahora sea.

Héctor Olvera